sábado, 12 de mayo de 2012

Capítulo 102: In crescendo

This is the end, beautiful friend, the end. This is the end, my only friend.
Of our elaborate plans, the end.

Of everything that stands, the end. No safety or surprise, the end
I'll never look into your eyes...again

Todo lo que queda son dos velas que ardieron parcialmente en su día y veo arder hoy hasta su fin. Dos puntos de fuego que consumen el peor año de mi vida. No titilean, la llama es firme y constante, como la cuenta atrás de un reloj de arena. Con este fuego se van las esperanzas de todo un año, arden buenos recuerdos (los menos) y se reflejan los malos (la gran mayoría). Es un fuego que da luz pero no calor.Y sin embargo me hace estremecer. La cera rosa con lineas blancas da paso a una mecha de ceniza inestable, quebradiza, como la cuerda a la que he intentado aferrarme sin mucho éxito.

Sigilosas se consumen, tan solo interrumpidas por la que siempre ha sido la primera. Son velas que no lloran, como si supieran que todas las lagrimas ya han sido derramadas, como si el llorar no valiera la pena. Una al lado de la otra, insignificantes. En breve no quedará ningún recuerdo de su existencia pero no se resisten a dejar de brillar con intensidad para su gran final.

Apago la luz y lo llenan todo. Se despiden, en silencio, creciéndose ante la adversidad, más fuertes y luminosas que nunca. Me están dando una lección. Parpadean, alejan a la oscuridad, una junto a la otra. Sus fuegos juegan a abrazarse, no puedo quitar los ojos de ellas. Quiero soplar, dejar algo, un rastro que me recuerde que pasó, porque quien olvida está condenado a repetir la historia.

Ya son un solo fuego que sabe que está a punto de desaparecer, retorciéndo entre sí sus mechas, como gran colofón. Merecen el perdón. Soplo.

Un denso humo viene directo hacia mi cara, buscándome, como dándome las gracias. Lo respiro, no es una gran idea. Con lo bucólico que estaba quedando todo. Atojo, atojo... Menuda entrada, lumbreras.
 
Se ha consumido una etapa de mi vida, una más. Compleja, llena de decepciones personales, de malos momentos, de noticias que jamás hubieras deseado recibir. Una etapa donde la soledad ha sido mi copiloto, donde te das cuenta que la gente que está cerca no es necesariamente la más cercana. Pero lo que no te mata te hace más fuerte, o menos dependiente y ahora valoro más las pequeñas cosas. No me aburro conmigo mismo, he aprendido a dormir solo y a compadecerme de los demás.
 
Como decían mis pequeños ídolos de papel:


¡Es como tener una enorme hoja de papel en blanco para dibujar!¡Un día lleno de posibilidades!. Es un mundo mágico viejo amigo... ¡Explorémoslo!
 
 
Frase del día: "Tres patas de una misma mesa" (Al, de reformas)
Tres patas, tres sustentos: una pata valenciana, que va y que viene, pero que está, menos cuando se duerme como los koalas. La segunda una pata real, académica y moral, que ha limpiado mi gramática, me ha hecho brillar cuando más oscuro me volvía y ha dado esplendor a cada momento de un difícil año. Muchísimo que agradecerle. Y una tercera pata tierna como una magdalena, constante, que no se ha olvidado ni un instante, dando todo de sí, cuando menos lo merecía. Alguien a cuidar con quién estoy en deuda.
Mis respestos.

2 comentarios:

  1. Magdalena sin levadura13 de mayo de 2012, 2:38

    Solo mandarte un beso, un beso muy muy grande, no creo que haga falta decirte nada más.

    ResponderEliminar
  2. pata koala...me encanta encontrarte en mi arbolito...:_______))))))

    ResponderEliminar